La sanidad privada española, se Uberiza — por @SmartSalus
El concepto de uberización de la economía es la simplificación de los procesos, la eliminación de intermediarios y por tanto el contacto de persona a persona. De proveedor a cliente, o en el caso de la sanidad, de médico a paciente.
No es fácil explicar el éxito de una empresa como Uber, no ha sido la primera en hacer algo parecido. Y en España ni siquiera es la empresa más exitosa de entre las que aplican este modelo de negocio.
¿Alguien ha dicho AirBnB?
La empresa de alquileres vacacionales nació un año antes que Uber y su modelo del negocio es mucho más global que el de la empresa de transporte. Al menos de momento, ya que Uber planea su incursión en tecnologías como coches o camiones autónomos.
Pero la idea, fuera de quien fuera, ya ha calado en diferentes sectores. Y por supuesto la sanidad no va a escapar a la uberización de sus servicios. De hecho, ya existen algunas empresas que están aplicando algunos de éstos conceptos a la sanidad.
Una variante de la uberización podría ser la grouponización. Es decir, crear un modelo donde no son las aseguradoras las que negocian los precios de un acto médico, si no los propios pacientes a través de una empresa como Groupon que promete atraer a clientes a base de reducir el margen de beneficios.
Este modelo pretende traer la medicina privada a precio asequible para quienes no tienen un seguro médico. No es un modelo capaz de eliminar a las aseguradoras del mercado, pero sí de hacer lo que la uberización está haciendo con el mercado del taxi.
¿Funciona la uberización de la sanidad?
Es difícil. La Medicina es una profesión con regulaciones mucho más estrictas que la de hotelero (caso AirBnB) o taxista (caso Uber). Algunos diréis que el Taxi también era un sector muy regulado y eso no ha evitado el éxito de Uber; y tenéis algo de razón, por eso los Colegios de Médicos y Consejerías de Salud deber permanecer mucho más vigilantes ante los casos de intrusismo que puedan darse en plataformas de consulta médica online.
Otro punto por el que es difícil que la uberización tenga un gran éxito en Medicina es el déficit de médicos, y más aún la escasez de aquellos dispuestos a ofrecer este tipo de modelo. Este modelo de negocio, como todos los demás se rige por oferta y demanda, mientras exista poca oferta la demanda seguirá sin poder ajustar los precios. Y por último, en España la existencia (de momento) de unos sistemas de salud público y privados muy potentes, hace que la gran mayoría de pacientes sigan acudiendo al modelo tradicional.
El último factor es la despersonalización. Uberizar implica para la mayoría de procesos no poder elegir quién presta el servicio. Bien porque en ese momento está atendiendo a otro cliente o bien porque en ese momento no está trabajando. La mayoría de pacientes siguen buscando una cara conocida, aunque cada vez más la rotación de médicos está destruyendo esta relación médico-paciente.
Esencial también la centralización de la asistencia entorno al paciente. No siempre es así, pero la mayoría de las definiciones de uberizar implican que el proveedor va al usuario. Es como ir a la parada de taxis o llamar para que vengan a recogerte.
En sanidad, la uberización presupone que el médico se desplaza a casa del paciente. Además, si unimos esto al creciente número de herramientas diagnósticas diseñadas para funcionar en un smartphone, la visita domiciliaria puede aportar cada vez más valor.
Y por último, una mejora de la uberización, podría ir ligada al uso de herramientas virtuales. Hablamos de teleconsulta, que unida al concepto de sanidad uberizada podría ser más que suficiente para contrarrestar las dificultades a las que se enfrenta.
Otro punto por el que es difícil que la uberización tenga un gran éxito en Medicina es el déficit de médicos, y más aún la escasez de aquellos dispuestos a ofrecer este tipo de modelo. Este modelo de negocio, como todos los demás se rige por oferta y demanda, mientras exista poca oferta la demanda seguirá sin poder ajustar los precios. Y por último, en España la existencia (de momento) de unos sistemas de salud público y privados muy potentes, hace que la gran mayoría de pacientes sigan acudiendo al modelo tradicional.
El último factor es la despersonalización. Uberizar implica para la mayoría de procesos no poder elegir quién presta el servicio. Bien porque en ese momento está atendiendo a otro cliente o bien porque en ese momento no está trabajando. La mayoría de pacientes siguen buscando una cara conocida, aunque cada vez más la rotación de médicos está destruyendo esta relación médico-paciente.
Pero entonces por qué funciona Uber
Hasta ahora hemos visto los aspectos negativos. Pero si Uber o AirBnB han triunfado es porque aportan algo positivo. Por un lado está la simplicidad de uso, que va estrechamente ligado a la inmediatez. Desde que pides un Uber hasta que ves la cara del conductor acercándose a tu posición pasan literalmente menos de 10 segundos, mucha gente está dispuesta a pagar por ver cómo el médico sale en dirección a su casa en pocos minutos.Esencial también la centralización de la asistencia entorno al paciente. No siempre es así, pero la mayoría de las definiciones de uberizar implican que el proveedor va al usuario. Es como ir a la parada de taxis o llamar para que vengan a recogerte.
En sanidad, la uberización presupone que el médico se desplaza a casa del paciente. Además, si unimos esto al creciente número de herramientas diagnósticas diseñadas para funcionar en un smartphone, la visita domiciliaria puede aportar cada vez más valor.
Y por último, una mejora de la uberización, podría ir ligada al uso de herramientas virtuales. Hablamos de teleconsulta, que unida al concepto de sanidad uberizada podría ser más que suficiente para contrarrestar las dificultades a las que se enfrenta.
Deja un comentario