El tráfico de órganos chinos en el Vaticano
Si hay un aspecto importante en el Vaticano es la fuerza de su diplomacia. El discurso del Vaticano suele ser extremadamente cuidado y todas las pequeñas acciones de su diplomacia son significativas. Por eso son tan inquietantes los últimos gestos que está teniendo con China.
No, no vamos a entrar en discusiones políticas, ni religiosas. Pero sí vamos a hablar de tráfico de órganos y de cómo el Vaticano ha apoyado el cuestionable programa de trasplante de órganos chino, criticado por expertos en todo el mundo al considerar la mayoría de órganos trasplantados proceden de presos ejecutados por motivos ideológicos.
Si bien China argumenta que desde 2015 ya no usa órganos de presos ejecutados para su programa de trasplantes, esta afirmación carece de pruebas que la demuestren. Para empezar, porque el número de ejecuciones es secreto. Segundo, porque cuesta creerse afirmaciones como que las donaciones voluntarias han crecido un 50% en un año.
La polémica ha surgido por invitar a un ex-ministro chino de Sanidad, a una cumbre sobre tráfico de órganos en el Vaticano. El criticado, Huang Jiefu (cirujano experto en trasplantes) no ha recibido invitaciones a encuentros previos y las publicaciones sobre el programa de trasplantes chino suelen ser rechazadas ante la falta de transparencia y las más acusaciones de cosecha de órganos más que demostradas.
Para China la presencia de Huang Jiefu es todo un triunfo, el primer espaldarazo internacional a su programa nacional de trasplante. Para la comunidad médica internacional es una triste noticia, supone premiar la falta de trasparencia de un programa que hasta hace menos de 2 años extraía oficialmente órganos de forma forzada a prisioneros políticos, ideológicos o lo que resulta más irónico en este caso, presos católicos que renegaban de la iglesia católica china en favor del Vaticano.
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