La publicidad alimentaria está bombardeando a los niños hasta matarlos

Así de explícito es el mensaje que lanza la Fundación Corazón e Ictus de Canadá en su último informe sobre la salud del país americano. Allí, de forma parecida a lo que ocurre en todo el mundo las tasas de obesidad se multiplican al mismo tiempo que crece el consumo de alimentos procesados.

La publicidad es un negocio inmenso y sofisticado. Se invierten anualmente sumas de dinero inimaginables en crear campañas publicitarias dirigidas a niños y adolescentes. Un reciente estudio demostraba que el 90% de estos anuncios promocionan productos perjudiciales para la salud. Los niños entre 2 y 11 años reciben el impacto de 25 millones de anuncios de comida en sus diez sitios web favoritos.

Y contra eso, los profesionales sanitarios poco o nada podemos hacer. Más aún cuando las sociedades científicas mantienen relaciones estrechas con la industria alimentaria. Así que es el momento de parar esta tormenta publicitaria. La medida más efectiva viene siempre de la mano de la regulación por parte de los gobiernos, como herramienta de apoyo a las familias que deben trabajar en el día a día por la salud de sus hijos.

A la espera de las acciones legislativas que pueden tardar en llegar dado el poder de la industria, siempre queda lugar para acciones individuales o colectivas que intenten equilibrar la balanza. Cabe destacar, por su sencillez y efectividad la reciente propuesta de SinAzucar.org que ha impactado en millones de pantallas a través de tweets y apariciones en medios convencionales.