Cómo comunica sus emociones un paciente paralizado
Cuatro pacientes con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) se han comunicado con sus familias utilizando únicamente sus pensamientos. Usando una técnica que permite reconocer las ondas cerebrales relacionadas con "sí" y "no". Este método no invasivo ha logrado que las personas totalmente encerradas en si mismas describan sus vidas como "maravillosas".
La ELA es una enfermedad degenerativa que va limitando progresivamente los movimientos, hasta el punto de perder incluso la capacidad de mover los ojos. Llegados a este punto es imposible conocer los sentimientos de las personas, una incomunicación total. Y para un ser social, la incomunicación es quizá la peor de las torturas.
Hasta ahora, la combinación de un electroencefalograma (EEG) que lee las ondas cerebrales y un sistema de medición del paso de sangre por diferentes regiones del cerebro (NIRS) han permitido escuchar los pensamientos de personas que se encontraban atrapadas en su cuerpo.
Tras un entrenamiento exhaustivo, con preguntas aportadas por las familias, consiguieron identificar con un 70% de exactitud las respuestas "sí" y "no". Y en este momento empezaron a hacer las preguntas nuevas, a las que solo los pacientes podían responder.
Se plantearon preguntas sobre si sentían dolor, o si querían ver a alguien, o visitar algún sitio. Cada pregunta se planteaba diez veces, y con siete respuestas concordantes se concluyó que esa era la opción deseada.
Una paciente de 23 años dijo que quería conocer Nueva York, y la familia está preparando el viaje. Otra, quería visitar a su hermano en España.
Pero sobre todo, se preguntó a los cuatro pacientes por su calidad de vida. Los cuatro contestaron de forma parecida, dijeron que la vida es maravillosa. Puede resultar chocante que una persona paralizada, atrapada durante años en su cuerpo, siga manteniendo el optimismo.
Hay algunas investigaciones que sugieren que las personas que sufren este atrapamiento solo son capaces de procesar emociones positivas, se piensa que podría ser un mecanismo de autodefensa, pero quién sabe. Habrá que preguntarles.
| visto en New Scientist desde Plos Biology, DOI: 10.1371/journal.pbio.1002593
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