Usaron programas de espionaje contra los promotores del impuesto a los refrescos

Lo destapaba Citizen Lab, los impulsores de la lucha contra la epidemia de obesidad en México sufrieron ataques que intetaban espiar sus teléfonos móviles.

El inicio de los ataques tuvo lugar coincidiendo con una campaña, que buscaba aumentar la presión mediática, para exigir que se subiera el impuesto sobre bebidas azucaradas. De forma simultánea, al menos tres importantes promotores de la campaña empezaron a recibir mensajes extraños.

Por ejemplo, Simón Barquera, funcionario del Instituto Nacional de la Salud Pública de México, recibía hasta nueve mensajes de tipo personal que intentaban que pulsara sobre un enlace. Estos mensajes recurrían a técnicas de phishing e ingenieria social, alegando por ejemplo el fallecimiento del padre de un supuesto conocido, o un accidente de una de sus hijas o incluso una supuesta infidelidad de su mujer.

Otros afectados fueron Luis Manuel Encarnación (Fundación Mídete contra la obesidad) y Alejandro Calvillo (El Poder del Consumidor). Todos vinculados en la lucha contra la obesidad, declarada una emergencia nacional en México; todos partidarios del impuesto sobre las bebidas azucaradas aprobado en 2014.

Siguiendo los enlaces se encontraron con Pegasus, un sistema de espionaje que se instala en teléfonos móviles permitiendo acceder a todos los datos, el micrófono e incluso la cámara del dispositivo. Detrás de este software está la polémica empresa de hacking NSO group. Esta compañía israelí que asegura vender soluciones informáticas para "hacer del mundo un lugar más seguro", también promete que sólo trabaja para gobiernos y agencias policiales.

Pero no es la primera vez que el software de NSO group (u otras compañías similares) acaba instalado en el teléfono de activistas políticos, disidentes o periodistas de investigación. En 2015, los periodistas que destaparon el escándalo de la mansión de Enrique Peña Nieto, también fueron espiados por Pegasus.

De hecho varias agencias gubernamentales mexicanas tienen contratos con NSO group y similares. Por supuesto el gobierno mexicano a negado toda relación con este nuevo ataque. Y cómo no, también han dicho no tener ni idea desde ConMéxico, el grupo de presión de la industria de refrescos que representa a Pepsi y Coca-Cola.