Esta planta invasora podría ayudarnos a reducir la resistencia antibiótica

El árbol pimentero brasileño o aroeira-pimenteira contiene un compuesto capaz de inhibir las señales que utiliza las bacterias para comunicarse y realizar acciones de forma coordinada.

Han pasado ocho años desde que Bonnie Bassler nos habló del sistema de comunicación de las bacterias, llamado quorum sensing o autoinducción; descubierto hace unos 20 años. Desde entonces el número de artículos publicados sobre el tema no para de crecer, casi dos por día en 2016.

El pimentero brasileño ha sido usado en medicina tradicional del Amazonas con los usos más variados, pero entre ellos se hablaba de sus propiedades antiinfecciosas. Así que un equipo de etnobotánica liderado por Cassandra Quave investigó con diferentes compuestos extraídos del árbol para ver cómo afectaba a cultivos de bacterias resistentes a antibióticos.

Así, utilizando un extracto de la planta demostraron que bloquea señales de comunicación entre bacterias S. aureus resistentes a meticilina (MRSA), impidiendo la formación de biofilms y reduciendo la liberación de toxinas. Todo ello sin aparentes efectos tóxicos sobre células humanas in vitro o sobre ratones.

Así que no estamos ante un nuevo antibiótico, pero sí ante compuestos capaces de ayudarnos a bloquear estas señales de comunicación de las bacterias, que hacen que sean mucho más peligrosas que si actuaran solas.

¿Quiere esto decir que debo tomar el fruto del árbol pimentero brasileño?

No, desde luego que no. Una cosa es demostrar que unos compuestos extraídos de una planta tengan propiedades con utilidad en el tratamiento de infecciones. Otra muy diferente es que comer esa planta tenga esos mismos beneficios.

Se trata de una planta tóxica si se consume directamente. El manual de toxicología de la Asociación Médica Americana avisa de que provoca irritación del tubo digestivo con vómitos y diarreas, así como dermatitis y conjuntivitis en personas sensibles.

Pero esta es la vía que utiliza la Medicina para descubrir los mecanismos científicos que subyacen en los remedios de la medicina tradicional. Así progresa la investigación científica, no en base a palabrería y chamanismo.

| articulo en Nature Scientific Reports