Cinco avances médicos que aparecieron primero en libros de ciencia ficción
La ciencia es un continuo reciclaje de ideas y preguntas que emanan de los conocimientos adquiridos, por ello es difícil saber si algunos de los grandes avances médicos vinieron profetizados por escritores de ciencia ficción, o fueron quizá sus novelas las que empujaron a los investigadores futuros a culminar sus descubrimientos. Sea como fuere, vamos a repasar cinco grandes avances médicos que la ciencia ficción ya había imaginado antes de su desarrollo:
Fecundación in vitro
Esta técnica permite la fecundación de los ovocitos por parte de los espermatozoides de una forma controlada, fuera del cuerpo de la mujer. Aunque su perfeccionamiento continúa, la técnica empezó a desarrollarse durante la década de 1970, con el primer nacimiento de un bebé probeta el 25 de julio de 1978. Sin embargo, 54 años antes el biólogo británico JBS Haldane ya anticipó el desarrollo de embriones humanos fuera del útero, en un proceso que denominó ectogénesis y que se basaba en los experimentos de transferencia embrionaria realizados por Walter Heape en 1890.
Hay que reconocer que las predicciones de Haldane fallaron en algo, según sus cálculos el primer ser humano ectogenético habría nacido en 1951, resultó un poco prematuro. Unos años después, Huxley, de quien hablaremos luego, siguió desarrollando esta idea con su Centro de Incubación y Condicionamiento. (fuente)
Psicofármacos
La novela de Aldous Huxley, Un mundo feliz (1923) presentaba una droga, llamada Soma, que usaban de forma masiva los ciudadanos de su Metrópolis para mejorar su estado de ánimo y evadirse de las penas. Esta droga toma el nombre de una bebida ritual utilizada por los sacerdotes del vedismo y sin duda guarda notables similitudes, al menos en la novela de Huxley, con los fármacos antidepresivos que empezaron a desarrollarse en la década de los años 1950, tras la síntesis de la clorpromazina.
Cyborgs
Mucho ha llovido desde la primera prótesis conocida, pero en 1972 Martin Caidin estableció las bases de un nuevo tipo de prótesis, la biómimética. En su aclamada novela Cyborg que sirvió de base para la aclamada serie televisiva El hombre de los seis millones de dólares, Caidin presentaba a un astronauta que tras un accidente tuvo que recibir unos implantes experimentales que le convertirían en el primer cíborg de la ciencia ficción. El primer cíborg tardó 32 años en llegar, hasta que Neil Habrisson fuera reconocido como tal.
Todavía se siguen perfeccionando las que serán las primeras prótesis biomiméticas (1, 2) y queda mucho camino por recorrer hasta llegar al nivel planteado por la novela de Caidin, aunque reconozcámoslo, también hizo algo de trampa porque diez años antes de su éxito literario ya estaban en marcha los primeros estudios piloto con implantes para recuperar la audición.
Ingeniería genética
La ingeniería genética ha supuesto una auténtica revolución médica, no sólo por la posibilidad de crear modelos animales de enfermedades humanas, además nos permite disponer de medicamentos tan novedosos como las terapias biológicas y otros tan esenciales como la insulina recombinante. En 1966 se descubrió la DNA ligasa que permite cortar y pegar las moléculas de ADN, ocho años después Paul Berg utilizó esta enzima para unir dos hebras formando una molécula circular que es la primera molécula de ADN recombinante creada.
40 años antes en la ya mencionada Un mundo feliz, Huxley describía que los seres humanos eran diseñados para pertenecer a alguna de las castas de su distopia, así los embriones destinados a ser humanos Alfa eran dotados con genes perfectos, mientras que los de la clase Epsilon recibían menos oxígeno y alcohol con el propósito de entorpecer su desarrollo.
Esperanza de vida
En 1964 el padre de la ciencia ficción, Isaac Asimov, visitó la Expo Universal e imaginó cómo sería pasearse por esta feria 50 años después. Redactó sus ideas para un artículo del New York Times titulado "Visita a la Expo Universal de 2014" y entre sus predicciones más acertadas se incluye la del aumento de la esperanza de vida hasta los 85 años en determinadas partes del mundo gracias al uso creciente de dispositivos mecánicos para reparar y reemplazar órganos dañados.
También Asimov falló en algo, ya que han sido las medidas de Salud Pública y Preventiva las que más han contribuído a alcanzar nuestra supervivencia actual.
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