La Importancia de ser Barbero
Llevo tiempo con ese pensamiento en la cabeza. Desde que leí un estudio¹ sobre los beneficios que pueden reportar los controles y consejos periódicos de los barberos sobre la hipertensión.
Según los estudios, la población masculina afroamericana de los Estados Unidos es bastante reacia a los programas de prevención. Por ello suelen tener un mal control de la HTA, que conlleva muertes prematuras, accidentes cerebrovasculares tipo ictus, infartos agudos de miocardio, fallo cardíaco y renal. Parece por tanto esencial vincular a miembros relevantes dentro de la comunidad e instruirlos para difundir mensajes sobre prevención y salud pública.
Los investigadores del Hospital Cedars-Sinai (sí, el de las estrellas de Hollywood) identificaron a los barberos como los ciudadanos idóneos para transmitir estos mensajes. De modo que entrenaron a nueve barberos afroamericanos para medir la presión arterial y les hicieron aconsejar las visitas al médico, mientras tanto otros ocho se dedicaron a entregar folletos informativos sobre la hipertensión.
La evidencia fue clara, los consejos del barbero y los chequeos de la presión arterial fueron eficaces. Implicar a miembros relevantes de una sociedad en la prevención y las campañas de Salud Pública es un mecanismo sencillo y eficaz. La explicación de los autores del estudio no pudo ser tampoco más concisa:
Los barberos, cuyos antecesores históricos fueron los barberos-cirujanos, son una mano de obra excelente como potenciales abogados de los servicios de salud comunitaria por la lealtad de su clientela
Y aquí llega lo irónico del estudio, pues parece que los médicos nos hemos alejado tanto de la comunidad que ya no formamos parte de ella, tenemos que echar mano de otros profesionales que han mantenido un rol básico dentro de la sociedad para hacernos oír ¿Tanto nos costaría volver a ser barberos? ¿podemos instituirnos como figuras relevantes y de confianza? ¿qué estamos haciendo mal?
Por eso, hoy yo quiero ser un poco más barbero.
Ronald G. Victor; et al. The BARBER-1 Study. Archives of Internal Medicine, 2010; DOI: 10.1001/archinternmed.2010.390
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