Prisión por Atender un Parto
Todavía hay países en los que ejercer tu profesión de forma honrada y con éxito puede llevarte a la cárcel. Es el caso de Agnes Gereb una ginecóloga Húngara que permanece encerrada desde el pasado 5 de octubre bajo los cargos de malapraxis negligente por el simple hecho de ayudar en este embarazo.
Fundadora de un centro de natalidad es además de una reconocida ginecóloga, una experta matrona reconocida a nivel mundial por su experiencia con partos en casa. Pese a que la seguridad de esta práctica está en entredicho, la voluntad de la madre y del padre puede pesar sobre la seguridad de la misma y de su bebé. 30 años de experiencia en la defensa del derecho a decidir de las madres avalan a esta ginecóloga admirada en su país.
Sin embargo las leyes de su país y la policía que irrumpió en la casa, la mandaron a prisión unos 20 minutos después de que comenzase a asistir su último parto. Con la madre en pleno trabajo del parto, la Dra. Gereb fue detenida mientras una ambulancia trasladó a la madre y a su bebé al hospital más cercano.
Este suceso ha espoleado en Hungría la lucha entre los defensores del parto natural y quienes defienden que los partos en casa no garantizan los mínimos de seguridad para madres y recién nacidos. Sin embargo los activistas en favor de Gereb esgrimen un argumento económico oculto tras la legislación que impide a las mujeres elegir el lugar para el parto.
Según quienes apoyan a la doctora, las leyes favorecen a los hospitales y obstetras que ejercen en ellos que reciben salarios desmesurados. Además critican el excesivo afán intervencionista y la práctica de una Medicina centrada en el médico lo que eleva las tasas de cesáreas.
Tal vez no sea la decisión más acertada la de practicar el mal llamado parto natural si atendemos a los niveles de seguridad que puede ofrecer cualquier centro especializado donde las complicaciones pueden resolverse de una forma más efectiva. Sin embargo las medidas represoras nunca son bienvenidas y mucho menos cuando la tendencia actual en los sistemas sanitarios más avanzados es tomar una actitud mínimamente invasiva, o conservadora, ante el nacimiento.
Una contraposición razonable teniendo en cuenta el incesante crecimiento del uso de métodos cruentos. Aunque sin necesidad de llegar a los extremos de traer a tu hijo al mundo siguiendo unos videotutoriales de Youtube.
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