Comunicación con los Pacientes
A veces la comunicación en Medicina entre médicos y pacientes puede resultar tan complicada como ilustra Alberto Montt en otra de sus geniales «Dosis Diarias».
En Somos Medicina hemos dado buena cuenta de estos problemas comunicativos y también hemos propuesto soluciones de los más variopintas, desde diccionarios y listas de siglas o abreviaturas médicas, hasta medios menos ortodoxos como el diccionario médico-paciente de palabros comunes (ya vamos por la E, se aceptan aportaciones) o el sistema Babelwith.me de traducciones simultáneas a diferentes idiomas. Aunque también hemos comentado que nada de lo que hagamos servirá si no arreglamos primero la relación médico-paciente, una relación basada en la confianza que no puede labrarse en cinco-diez minutos de consulta.
Yo creo que no hace falta ir a consulta con un compendio de diccionario y lista de palabrejos preparados, que para el profano en el tema, dude de su total significado. Más que un paciente trate de "amistarse" con el doctor, debería de ser el médico quien trate de hacer más coloquial la consulta. Pero, está claro, con la media de 7-10 minutos que tienen los profesionales de la medicina con sus pacientes sea tan difícil corroborar historial médico, situación psicológica y somática actual del paciente o de qué equipo de fútbol pincha.
ResponderEliminarEn fin, quizás me vaya por los Cerros de Úbeda, pero es el final de la cola de la pescadilla cuando me refiero que a falta de número de profesionales que ejerzan se tenga tiempo material para desarrollar el mínimo necesario. La Sanidad pública en España... en fin, me lo ahorro.
¿Ya he dicho qué se vive mejor en USA como médico?
Sí, pero desde luego en USA no es donde mejor se vive como paciente, ya lo comentamos en «Medio lleno pero Vacío», donde además Fernando Comas (Pharmacoserías) nos dejaba una interesante reflexión: en muchas ocasiones lo que está mal es el continente y no el contenido
ResponderEliminarEstupèndo post, Aitor. Parece sorprendente que los estudiantes de medicina os preocupéis por estas cuestiones que en la facultad prácticamente no se estudian, pero que condicionan terriblemente la práctica profesional.
ResponderEliminarEfectivamente, como bien apuntas, la comunicación médico-paciente es algo más que concordancia entre lenguajes. Tiene mucho de emocional, mucho de humano. No se ùede equiparar la relación médico-paciente a cualquier tipo de relación entre personas o a cualquier otra forma de encuentro entre un profesional y un cliente. Hay muchas emociones en juego que resultan complicadas de manejar sin tiempo, sin habilidades y sin sensibilidad por estos temas.
Un abrazo,
enrique
Hola Enrique, lo más sorprendente es que médicos como tú tengan la honradez de reconocer que los estudiantes tenemos mucho que aportar a reflexiones éticas y sociales tan serias como esta. Hace algunos años hubiera sido bastante más complicado que un estudiante pudiera expresar este tipo de ideas, porque como bien dices, no se abordan en la facultad.
ResponderEliminarPor suerte Internet está permitiendo que un gran número de estudiantes se acerquen a disciplinas que les interesan de forma más cómoda, lo que a su vez está propiciando un diálogo fluido entre médicos, estudiantes, enfermeras, pacientes... A ver si de una vez nos entendemos todos y nos ponemos de acuerdo en lo que quieren los pacientes y en lo que podemos ofrecer los sanitarios.
Un abrazo y gracias por pasar por esta casa de todos.
Y está claro, aunque me refería mejor vivir como Médico, aunque esperemos que pasa con la nueva ley que quiere sacar Obama de sanidad pública (veremos como avanza el asunto)
ResponderEliminarCreo que el país con mejor atención paciente-médico era Finlandia, tengo que darle una vuelta a la red para buscar las estadísticas.
El problema es el de siempre, en España no hay medios, no hay infraestructura, no hay capacidad para ingresar a planta a todo el que lo necesite...y los políticos presumiendo de una buena calidad de Sanidad Pública (como me huelo las Privadas por ese entorno...)
Desde luego, el problema suele ser cuánto nos gusta mirarnos el ombligo mientras el resto nos adelantan.
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