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Cinco Errores Frecuentes sobre la Historia Clínica Electrónica

Con el desarrollo exponencial que está sufriendo la eSalud, los sistemas sanitarios de diversos países están migrando desde el papel a lo digital. Dejando atrás las anticuadas Historias Clínicas en papel, ha surgido una nueva opción, la Historia Clínica Electrónica.

Sin embargo en muchos casos a la hora de implementar estos sistemas, quienes toman la decisión cometen varios errores muy frecuentes y que deben ser tenidos en cuenta dado el desembolso económico que suponen:

1. Ver la HCE como un nombre

La digitalización no es sólo una herramienta, es en sí un objetivo que forma parte de la mejora asistencial promovida por la eSalud. Dejemos de ver la HCE como un producto y veámoslo como un proceso que permite la interconexión, la evaluación de la calidad y la receta electrónica.

La HCE se entiende dentro del marco de la mejora asistencial, pensando en el paciente como beneficiario pleno de la apertura de datos y la accesibilidad global a todos los informes médicos y análisis complementarios -imágenes, analíticas-. Pero también para un médico bien formado y actualizado la HCE supone un nuevo incentivo en el ejercicio de su profesión, permitiendo un seguimiento mayor y más eficaz de sus pacientes y centralizando la información al mismo tiempo que esta se vuelve más accesible.

2. Elegir un sistema basándose en su coste y no en su valor

Muchas veces, por no decir todas, quien debe decidir el sistema de HCE que se implantará en un sistema sanitario determinado está alejado del día a día del trabajo de un médico en la consulta. Esto conlleva errores en la decisión que al cabo de los años suponen un mayor desembolso económico del necesario. Es conocido aquello de que lo barato sale caro, pero tampoco es cierto que sea mejor lo más caro.

¿Y entonces?, entonces lo más recomendable es aplicar el sentido común que dice que antes de comprar un producto hay que preguntar a los usuarios. En este caso el equipo médico debe valorar la prioridad de distintos criterios como la sencillez de uso, la posibilidad de hacer receta electrónica, la presencia de contenidos específicos de cada especialidad y otros.

Hoy en día es además esencial seleccionar un sistema de HCE que suponga una garantía de futuro, que vaya evolucionando para adaptarse a las nuevas oportunidades que vayan surgiendo en el campo de la eSalud y la Telemedicina. Y sobre todo que sea abierto y permita la comunicación con cualquier otro estándar y la posible migración hacia nuevas herramientas.

3. Decidir "sentarse a esperar"

En definitiva, tomar una actitud expectante para intentar dejar que otros cometan los errores e intentar no cometerlos uno mismo. Pero si algo está claro es que uno aprende más de la práctica y del error que de la observación.

Al tratarse de un campo emergente, cualquiera que adopte la HCE cometerá errores más o menos flagrantes. Sin embargo, el mayor error es quedar rezagado y sin posibilidad de remontar posiciones una vez que la eSalud ya está (r)evolucionando la Medicina.

Tomar la iniciativa siempre permite, mediante una buena gestión, lograr una ligera ventaja que puede resultar muy valiosa ahora que la tecnología avanza cada año más de lo que antes lo hacía en decenios. O dicho de otro modo, un ligero desfase ahora puede ser un gran salto en pocos años.

4. No valorar la importancia de una gestión sanitaria digitalizada

El desarrollo actual de las redes informáticas permite no sólo implantar un sistema de HCE si no un sistema de gestión clínica completo. La informatización total del sistema sanitario, si no se ha realizado ya, debe acompañar a la implantación de las HCE.

De no realizarse un cambio integral, en algunos años, volverá a estar obsoleto requiriendo una nueva e importante inversión. Además, al realizar el cambio de forma completa se podrá valorar la implementación de servicios plenamente compatibles y diseñados para complementarse.

Una integración absoluta y coherencia en el sistema es esencial de cara a facilitar y coordinar el trabajo dentro de todo el sistema sanitario.

5. No escuchar, no valorar

Puede que esto parezca contradecir el tercer punto ("sentarse a esperar"), pero no debe adoptarse un sistema sin haber valorado la posibilidad de coordinar estrategias comunes y sin observar cómo se está realizando dicha adopción en los países y sistemas sanitarios próximos -y lejanos-.

Hay que pensar a nivel global a la hora de tomar las decisiones locales, es decir, no debemos implementar sistemas de Historia Clínica Electrónica que no sean compatibles con las de nuestros vecinos, ya que esto va a enfrentar directamente al paciente a nuevos problemas y tendrá, paradójicamente, una percepción de pérdida de calidad asistencial.

Creo que estos serían los principales puntos a tener en cuenta a la hora de valorar la adquisición y posterior puesta en marcha de una herramienta que gestione las HCE.

¿Se os ocurre alguna más? ¿Conocéis algún caso en el que la HCE haya sido un desastre? ¿Cómo os sentís quienes ya trabajáis con la Historia Clínica Electrónica?

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