Alter ego humano del Dr. House
¿A quién recurrirías si tuvieras -ojalá que no-, una terrible enfermedad que ningún médico del mundo ha sabido diagnosticar correctamente?
Obviamente al Dr. Gregory House, tal vez sus métodos no sean delicados e incluso puedan rozar ir más allá de lo inmoral e ilegal en muchas ocasiones; sin embargo ser una enciclopedia médica permanentemente actualizada, garantiza un diagnóstico excepcional.
Claro que, si tenemos en cuenta el pequeño detalle de que House no existe... la cosa se pone fea.
Afortunadamente William Gahl está aquí y con el incentivo extra de no ser un sociópata, misántropo y drogadicto. Este buen hombre lidera el Programa de Enfermedades No Diagnosticadas de los Institutos Nacionales de Salud de los EE.UU.
Además de las diferencias personales, William Gahl se enfrenta a un tipo de paciente muy diferente al que se nos presenta en la exitosa serie televisiva. "House ve a esas personas que básicamente entran por la puerta y se colapsan," los pacientes que llegan al servicio médico de Gahl tienen desordenes crónicos o condiciones razonablemente estables. De modo que las carreras por los pasillos y las reanimaciones a golpe de desfibrilador son más bien escasas.
Desde que se puso en marcha el Programa ha recibido 1000 consultas médicas y 350 expedientes clínicos para revisión. "¡Mira este!" dice Gahl señalando un expediente de unos 15 centímetros de grosor. "Tengo como una docena de ese tamaño. Y tienes que revisarlo a fondo porque el más mínimo detalle puede ser la clave del misterio."
De momento unos 40 pacientes han sido admitidos y varios han pasado ya consulta en el campus de Bethesda, Maryland. Y la experiencia por el momento es, si acaso opuesta a la que nos presenta la ficción, los pacientes no mienten "en todo caso, hacen lo contrario [...] te hablan sobre todo tipo de cosas sin ninguna relevancia médica.
Hay muchos pacientes con graves dolencias a los que Gahl atiende gustoso, sin embargo sólo puede encargarse de aquellos que puedan estar relacionados con desórdenes metabólicos. Ni tan siquiera Gahl, con sus largos años de experiencia y dilatada agenda de contactos, es muchas veces capaz de lograr el especialista adecuado que quiera hacerse cargo de ciertos pacientes.
Pero no todo es pesimismo, por ahora ya han sido dos los pacientes que han recibido un diagnóstico, raras presentaciones de esclerosis múltiple que les causaban extraños desórdenes neurológicos alejados de los síntomas habituales.
¿Encontrarán su diagnóstico para los demás? Al menos ese es el objetivo del programa que además espera ayudar al desarrollo de las ciencias médicas ampliando nuestros conocimientos sobre enfermedades raras y otras que no lo son tanto.
Traducido de NewScientist
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