La lucha contra el daño por hepatitis viral producida por HCV no ha sido fuente de descubrimientos ni noticias remarcables en los úlitmos tiempos, pese a que en la actualidad hay cerca de 150 millones de personas infectadas.
Hoy os puedo adelantar en primicia para todos los hispanohablantes (la noticia acaba de saltar en los USA donde todavía es 31 de septiembre) que se publica en Nature un avance logrado por investigadores de la Universidad de Stanford. Lo más sorprendente del caso es que el fármaco que podría suponer la revolución en el tratamiento de la hepatítis crónica por Virus C es un antihistamínico obsoleto compuesto por Clemizol Hidroclorido.
"Estamos exultantes por el descubrimiento y vamos a tarbajar activamente para avanzar hacia los ensayos clínicos" ha dicho el experto en virología Jeffrey Glenn, MD, PhD, profesor asociado de gastroenterología y hepatología de la Universidad. Glenn es uno de los dos autores senior del paper. Los autores principales son los licenciados postdoctorales Shirit Einav (MD) y Doron Gerber (phD, bioingeniería).
Para uno de sus descubrimientos el equipo de investigadores utilizó, por primera vez chips microfluídicos para poder llevar a cabo experimentos a escala de nanolitros; así lo remarca Stephen Quake, PhD, profesor de bioingeniería y segundo autor senior del paper. De este modo se probaron más de 1200 fármacos posibles y se halló el Clemolizol en tan solo dos semanas. Esto, según los autores supone una revolución de cara a las grandes compañías farmacéuticas a las que ahora, aseguran, se podrá hacer cara en igualdad de condiciones ya que bastarán un par de personas trabajando juntas para revisar un enorme número de componentes.
Poco tiempo después del descubrimiento de las funciones de NS4B, lograron identificar sus lugares de unión y la fuerza de las interacciones; de este modo pronto imaginaron que un compuesto molecular pequeño podría bloquear la acción. En total hallaron 18 fármacos que reducían la unión de NS4B pero se centraron en el Clemizol porque ya se conocía su seguridad en humanos.
De momento los autores afirman que su descubrimiento debe probarse en humanos, pero que "tiene potencial para se parte de la cura de la hepatitis C, porque la idea no es que sea la cura por sí sola sino como parte de un cocktail".
Toda la información en University of Stanford
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