Integrando la tecnología ponible en la lucha contra el SARS-CoV-2
El nuevo coronavirus ha dejado al descubierto las dificultades de nuestra sociedad y nuestros sistemas de salud para enfrentarse a una pandemia (una, vez, más). Hemos pasado al modo cuarentena con un desplazamiento todavía más importante de nuestras relaciones sociales y de nuestro ocio hacia lo digital, pero ¿pueden los desarrolladores de tecnología y dispositivos sanitarios ayudarnos a salir de esta?
Somos cada vez más conscientes de la necesidad de un diagnóstico precoz para monitorizar la transmisión de la enfermedad y mejorar la capacidad de respuesta así que ¿cómo nos pueden ayudar los dispositivos ponibles?
Si bien los dispositivos ponibles que registran nuestra actividad (Fitbit, Garmin) son capaces de monitorizar varios parámetros fisiológicos incluyendo la frecuencia cardíaca, la temperatura, el sueño, el movimiento e incluso los niveles de saturación de oxígeno; faltan de la precisión necesaria y necesitan combinar sus datos y cruzarlos con otras medidas para crear una imagen más completa de nuestro estado de salud.
Es mediante esta integración de datos que los dispositivos de medición y monitorización pueden crear alertas precisas sobre cambios anormales, que podrían ayudar a identificar problemas de salud serios. En cualquier caso para poder realizar el diagnóstico, es necesario realizar pruebas complementarias y análisis más detallados en busca de marcadores moleculares que sean de diagnóstico o pronóstico de una enfermedad. De modo que si pudiésemos acceder a dicha información mediante procedimientos poco invasivos podríamos lograr un impacto enorme a nivel poblacional.
Actualmente existen múltiples dispositivos capaces de monitorizar parámetros de salud y enviarlos al personal sanitario. Por ejemplo la empresa Sanandco ha desarrollado el dispositivo MonitorMe que a través de un parche que se pega al pecho es capaz de transmitir el trazado de ritmo cardíaco y la frecuencia respiratoria en tiempo real. Los monitores de glucosa como el sensor Guardian 3 de Medtronic o el Freestyle de Abbot que permiten una monitorización continua de los niveles de glucosa, en este ámbito se trabaja para desarrollar sensores no invasivos que hagan estimaciones de glucemia, como GlucoTrack. Las básculas inteligentes de Whithings y Qardio registran nuestro peso día a día. Y también los tensiómetros conectados que permiten crear un diario de tensiones arteriales.
Otra herramienta muy prometedora es la biopsia respiratoria que ha desarrollado Owlstone Medical, un método que permite analizar mediante espectrometría de masas los componentes orgánicos volátiles presentes en nuestro aliento para detectar marcadores de enfermedad con aplicaciones en oncología, el asma y enfermedades infecciosas.
En la región Italiana de Lombardía, que ha sido fuertemente afectada por la pandemia del SARS-CoV-2, se han utilizado dispositivos como el MTX remote monitoring para el seguimiento de pacientes infectados por el SARS-CoV-2 desde su domicilio. Este dispositivo permite la vigilancia remota de parámetros clínicos de forma no invasiva, mediante espectroscopía NIR obteniendo así información rápida, a distancia y sin inconvenientes para el paciente. Es por así decirlo, la navaja suiza del seguimiento ambulatorio para los pacientes con COVID-19 que realiza 16 mediciones en 60 segundos usando un dedo.
Los procedimientos no invasivos y fiables son el Santo Grial de la medicina pues complementan el seguimiento clínico sin generar disconfort. Por supuesto que el mayor reto es garantizar la fiabilidad de las mediciones y la detección de los biomarcadores más relevantes para un mejor diagnóstico, así como para establecer un pronóstico.
En definitiva, existen cada vez más herramientas que permiten hacer un seguimiento a distancia de los pacientes con infección por SARS-CoV-2 sin desplazamientos innecesarios. Es el momento de favorecer un modelo sanitario que dependa menos de la asistencia física se apoye más en el seguimiento domiciliario integrando diferentes monitores y herramientas de seguimiento en el domicilio del paciente.
Además de las pruebas complementarias, existe la posibilidad de crear herramientas para identificar contactos estrechos de pacientes con COVID-19, como las que se utilizaron en China y en Corea del Sur. Aplicaciones para garantizar una información contrastada y de calidad para la población general. Algunas de estas opciones conllevan cambios en nuestras políticas de privacidad, la Agencia Europea de Protección de Datos junto con los gobiernos de los países miembros, ya han lanzado recomendaciones al respecto. Puede parecer exagerado pero se ha propuesto ya la opción de instalar cámaras térmicas en drones para detectar pacientes con fiebre una vez que las medidas de confinamiento empiecen a distenderse.
Esperemos que los próximos años sirvan para establecer una mayor diversidad de sistemas que permitan una monitorización no invasiva mediante dispositivos que integren múltiples medidas como los Apple Watch o Alexa de Amazon. La información podría utilizarse para lanzar alertas sobre enfermedades potenciales para orientar hacia pruebas más específicas que conlleven diagnósticos más precoces y faciliten un seguimiento remoto de los pacientes sin que estos tengan que desplazarse al hospital, potenciando así la asistencia en el domicilio desde la Atención Primaria en Salud.
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