Ajustando en Punto de Mira de la eSalud
Como ya hemos ido contando, la Medicina 2.0 está teniendo una evolución tórpida en su entrada en la Sanidad. Médicos que no dan el salto, el tiempo que supone mantener nuestra identidad digital, etcétera; problemas que pese al interés creciente que despierta la eSalud en Internet ralentizan el despunte de este sector aunque el volumen de estudios sobre el tema no para de crecer.
Para afrontar este problema la Industria Tecno-Sanitaria está empezando a desviar y diversificar el punto de mira de sus investigaciones y de sus proyectos. Lo que en un principio iba encaminado hacia la telemedicina en forma de consultas a distancia o relaciones entre profesionales ahora incluye monitorización de constantes, redes sociales de pacientes y por supuesto cientos de aplicaciones móviles para gestionar y controlar nuestra salud.
El éxito de la mHealth es evidente y sin embargo ya está en peligro. Al igual que pasó con el término eSalud, la sanidad móvil puede morir arrollada por su propio éxito. Las grandes expectativas que se han creado entorno al potencial de los smartphones y las conexiones a Internet Móvil para revolucionar la forma en que cuidamos nuestra salud son hoy por hoy inalcanzables.
Esta disociación entre realidad e ilusiones es común a todas las ramas del progreso ya sea económico, social o tecnológico. Hace tan sólo 50 años la imagen del futuro y lejano siglo XXI era tan descabelladas como probablemente lo son ahora las nuestras sobre los próximos avances en eSalud. La futurología tiene su cara amable, la de la esperanza y su lado oscuro, el de las expectativas malogradas; tenemos que ser conscientes de ambas cuando nos acercamos a la eSalud y no dejarnos seducir por vanas promesas.
La eSalud y por supuesto la mHealth tendrán beneficios tangibles en el progreso de la Sanidad, pero pensar que son la solución a problemas tan profundos que hacen tambalear los cimientos de nuestros sistemas sanitarios es iluso e irracional. El cambio debemos hacerlo desde la base, la tecnología sanitaria sólo será un apoyo a la necesaria (r)evolución sanitaria.
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