El Reloj Biológico te Controla
Foto: Biological clock de "Moments Captured In Time" [CreativeCommons, Flickr]
Aunque todavía no está muy claro qué es eso que llamamos Reloj Biológico, un grupo de investigadores de la Universidad de Georgia han descubierto que éste regula más genes de los que se pensaba en un principio.
Mucho se ha hablado de diferentes moléculas -cAMP, melatonina...- pero todavía no hay evidencia suficiente que permita explicar cómo se regula nuestro reloj interno.
Y pese a que desconocemos el mecanismo, hoy sabemos un poco más sobre su relevancia. Jonathan Arnold, un genetista, y Heinz-Bernd Schuttler, un físico computacional, con el apoyo de la NSF estadounidense; han descubierto que el número de genes que están bajo el control de nuestro reloj biológico es mucho mayor de lo esperado.
"Estamos comenzando a ver por qué el reloj llega tan lejos en sus efectos en el organismo", dice Arnold." Aunque la investigación se ha realizado en Neurospora crassa -una levadura de pan- ayudará a comprender el funcionamiento del reloj humano.
El concepto de reloj biológico puede ser fácil de entender para la mayoría de la gente, todos conocemos los efectos reguladores que tiene sobre el sueño, el hambre e incluso los impulsos sexuales. Pero esta actividad no es como una llamada telefónica que un gen descuelga y a la que responde. Imaginemos una casa con diez mil teléfonos, todos sonando a la vez. El reloj biológico puede atender a todas las llamadas y elaborar una respuesta a cualquier pregunta.
Este equipo de la Universidad de Georgia está ayudándonos a comprender cómo se pueden contestar a todas esas llamadas y qué información nos envían. Para ello, además de la biología y la genética, han necesitado modelos computacionales complejos.
En el caso de nuestra levadura, han encontrado un 25% de genes que responden a las llamadas. Esto sugiere que nuestra vieja idea de que esos relojes son simplemente un interesante artefacto de la evolución no puede estar más equivocada. Las conclusiones apuntan hacia el reloj biológico como un jugador crucial en la salud y el bienestar de todos los seres vivos.
"Ahora podemos utilizar el modelo para nuestro próximo experimento, en el que no buscaremos sólo en unos genes sino en todos ellos", dice Arnold, sacudiendo su cabeza con asombro.
-- Fuente: National Science Foundation
Mucho se ha hablado de diferentes moléculas -cAMP, melatonina...- pero todavía no hay evidencia suficiente que permita explicar cómo se regula nuestro reloj interno.
Y pese a que desconocemos el mecanismo, hoy sabemos un poco más sobre su relevancia. Jonathan Arnold, un genetista, y Heinz-Bernd Schuttler, un físico computacional, con el apoyo de la NSF estadounidense; han descubierto que el número de genes que están bajo el control de nuestro reloj biológico es mucho mayor de lo esperado.
"Estamos comenzando a ver por qué el reloj llega tan lejos en sus efectos en el organismo", dice Arnold." Aunque la investigación se ha realizado en Neurospora crassa -una levadura de pan- ayudará a comprender el funcionamiento del reloj humano.
El concepto de reloj biológico puede ser fácil de entender para la mayoría de la gente, todos conocemos los efectos reguladores que tiene sobre el sueño, el hambre e incluso los impulsos sexuales. Pero esta actividad no es como una llamada telefónica que un gen descuelga y a la que responde. Imaginemos una casa con diez mil teléfonos, todos sonando a la vez. El reloj biológico puede atender a todas las llamadas y elaborar una respuesta a cualquier pregunta.
Este equipo de la Universidad de Georgia está ayudándonos a comprender cómo se pueden contestar a todas esas llamadas y qué información nos envían. Para ello, además de la biología y la genética, han necesitado modelos computacionales complejos.
En el caso de nuestra levadura, han encontrado un 25% de genes que responden a las llamadas. Esto sugiere que nuestra vieja idea de que esos relojes son simplemente un interesante artefacto de la evolución no puede estar más equivocada. Las conclusiones apuntan hacia el reloj biológico como un jugador crucial en la salud y el bienestar de todos los seres vivos.
"Ahora podemos utilizar el modelo para nuestro próximo experimento, en el que no buscaremos sólo en unos genes sino en todos ellos", dice Arnold, sacudiendo su cabeza con asombro.
-- Fuente: National Science Foundation
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Estimados Sres.
ResponderEliminarYo he viajado muchas veces de Buenos Aires al lejano sudeste asiático, o de NYork a Londres, y nunca he sentido molestias ni dificultades en el sueño o la atención. Por otro lado, que pasa con las tripulaciones de Air Malasya que vuelan BsAs-Kuala Lumpur, o los que cruzan el Atlántico en posiblemente miles de viajes diarios. Intuyo que al tema se le dá más importancia y trascendencia de la que merece.
Roberto Bianchi
Estimado Roberto:
ResponderEliminar¿No tendrá usted algo de artista, de poeta tal vez? Dejando de lado el verso, me gustaría responderle con toda la profundidad y rigor necesarios así que permitame extenderme un poco.
En primer lugar, no pongo en duda su experiencia, al fin y al cabo yo he cruzado 'El Charco' en cuatro ocasiones y todavía no he sentido nada que pueda describirse como Jet Lag.
Sin embargo es más frecuente de lo que podamos pensar, aunque no tan grave como se nos ha hecho creer. En realidad los síntomas pueden variar desde un ligero insomnio a intensos dolores de cabeza. En la mayoría de los casos una simple desorientación al poner el pie en tierra.
Jet Lag se utiliza como sinónimo de desorden horario o disrritmia circadiana. Y es que nuestro organismo posee ciertos mecanismos que cumplen sus cometidos siguiendo ciclos temporales reiterativos, un ejemplo es el sueño o las variaciones de temperatura corporal que sufrimos durante el día.
Aunque todavía no están claros los elementos moleculares que regulan dichos ciclos sí se conoce que al quebrantar el ciclo normal aumenta el riesgo de ciertas patologías como la obesidad, la depresión, etc.
Además de los reguladores internos (entre los que se cree que está la melatonina) existen reguladores externos como la luz. La luz que reciben nuestros ojos, además de facilitarnos muchísimo visión, transmite una señal al Núcleo SupraQuiasmático del Hipotálamo, una región que supuestamente controla de manera rigurosa la secreción de melatonina (más baja durante el día y aumentada por la noche).
Se han hecho experimentos variando artificialmente las horas de exposición a luz de voluntarios y se ha logrado determinar que nuestro ritmo circadiano es de 24 horas y 11 minutos.
Charles A. Czeisler intentó 'estirar' ese ciclo hasta las 28 horas aislando de cualquier contacto con el exterior a varios voluntarios y alterando mediante luz artificial los días. Sin embargo, no importaba cuándo se fueran a dormir, se despertaran o qué hicieran durante ese tiempo; las hormonas y la temperatura corporal siguieron cumpliendo su ciclo de 24 horas durante el mes que duró el experimento.
Es por eso que tal vez si sólo se trata de un viaje en el que dejamos unos días antes de tomar otro vuelo largo no notemos la dichosa descompensación. Sin embargo un obrero al que le cambian repentinamente de turno de día a turno de noche, tendrá dificultades para adaptarse ya que las primeras semanas tardará en dormirse una vez ha comenzado el día y tendrá sueño cuando entre a trabajar.
Espero haber sido de ayuda, si quiere más información o quiere que le señale dónde puede encontrar más artículos sobre el tema, por favor dígamelo.
Agradezco mucho su participación e interés, un saludo.
Estoy consumiendo un gran prdoducto que estimula las células madre adultas, se lo recomendé a una señora que tiene el sindrome de Sheehan cual es el mejor momento para ella consumirlo. En cuanto al consumo de nutricionales como se debería hacer de la mejor forma para que todos los consumidores tengan los resultados que se desean?.
ResponderEliminarGracias por la atención.
María Victoria